Manejar de noche con astigmatismo no tratado puede aumentar el riesgo de accidentes, fatiga visual y errores en la percepción de distancias y luces.
La mayoría de las personas relaciona los problemas de visión nocturna con al fatiga o la miopía. Sin embargo, hay un factor menos mencionado, pero igual de determinante: el ASTIGMATISMO. Este defecto de visión, que afecta la forma en que la luz enfoca en la retina, puede comprometer seriamente la seguridad al conducir de noche si no se corrige adecuadamente.
¿Qué ocurre en el ojo con astigmatismo?
La forma de la córnea normalmente tiene forma esférica, como una pelota de tenis, en el caso del astigmatismo tiene forma de pelota de rugby. En una córnea normal, la curvatura es simétrica, lo que permite que los rayos de luz se enfoquen de forma precisa en un solo punto de la retina. En cambio, el astigmatismo genera una curvatura irregular, lo que provoca visión distorsionada y desenfocada, tanto de lejos como de cerca.
Durante el día, la luz ambiental ayuda a mitigar estos efectos, pero de noche el panorama cambia drásticamente.
¿Por qué se agrava durante la conducción nocturna?
Cuando hay poca luz, las pupilas se dilatan para captar más luminosidad. Esto amplía la superficie del ojo expuesta a las imperfecciones ópticas y potencia los efectos del astigmatismo, dando como resultado:
- Halos y destellos alrededor de las luces de los vehículos.
- Dificultad para leer señales y carteles a distancia.
- Pérdida de profundidad y precisión en la percepción.
- Mayor esfuerzo visual y fatiga ocular.
En condiciones de baja visibilidad, estos síntomas no son solo molestos, pueden ser peligrosos.
Seguridad vial y salud visual, un vínculo directo:
La conducción nocturna exige el máximo rendimiento del sistema visual. Si el astigmatismo no está corregido, las consecuencias pueden ir desde una maniobra incorrecta hasta un accidente evitable.
En este contexto, la salud visual deja de ser una cuestión personal y se convierte en una cuestión de seguridad pública.
¿Cómo actuar a tiempo?
La solución está al alcance de la mano. Un diagnóstico oftalmológico preciso y la indicación de lentes oftálmicos con antirreflejo, lentes de contacto y controles visuales periódicos, contribuye a mejorar significativamente la calidad visual y la seguridad al volante, sobre todo durante la noche. En el sector óptico y oftalmológico, tenemos la responsabilidad de educar, informar y acompañar al paciente en este tipo de decisiones.
Porque ver bien no es solo una comodidad, es una cuestión de cuidado y prevención.